Hoy más que nunca el anhelo de unidad entre los hombres se ha vuelto imperioso y casi una necesidad primaria. Mientras por todos lados vemos desunión y peleas, Yahshua espera que su pueblo alcance la verdadera unidad, nos preguntamos entonces ¿Cuál es esa verdadera unidad?
“Yo y el Padre somos uno” (Juan 10.30)
No hay mayor unidad que esta, el Padre y el Hijo en perfecta unión, llevaron a cabo el plan de redención del hombre; la vida misma de Yahshua reflejaba esta unidad, y es su anhelo que sus siervos gocen de esta misma unidad:
“Oro, no sólo por éstos, sino también por aquellos que confiarán en mí por la palabra de ellos, para que todos puedan ser uno, así como Tú, Padre, estás unido a mí y Yo contigo, oro que ellos puedan estar unidos con nosotros, para que el mundo pueda creer que Tú me enviaste” (Juan 17.20-21)
La dinámica de unidad que Yahshua ofrece a sus discípulos es la que describe el mismo apóstol en su primer epístola, veamos:
“Todos los que niegan al Hijo, están también sin el Padre, pero la persona que reconoce al Hijo, también tiene al Padre” (1 Juan 2:23)
Unidad que solo se hace posible con un solo Espíritu:
“Ahora, por ustedes ser hijos, YAHWEH ha puesto en nuestros corazones el Ruaj de su Hijo, el Ruaj que clama: "¡Abba!" (Esto es: "¡Amado Padre!")” (Gálatas 4.6)
Solo el Espíritu (Ruaj) de Yahshua puede clamar desde nuestro interior “¡Abba!”, sino tenemos su espíritu, nunca podremos clamar ¡Abba! Y por lo tanto nunca podremos tener verdadera unidad. ¿Lo has entendido?... Vamos de vuelta… Al declarar nuestra necesidad de redención y bautizarnos, el Padre envía a nuestros corazones el Ruaj (Espíritu) de Su Hijo Yahshua, lo que permite que de esta forma tengamos en nosotros al HIJO y por consiguiente (como lo dijera el apóstol Juan en su primer epístola), al tener al HIJO, tenemos al PADRE y por lo tanto tenemos la verdadera UNIDAD. “Yo y el Padre uno somos”.
Este es el Espíritu que Yahshua había prometido que enviaría:
“y Yo le pediré al Padre, y el Padre les dará otro Consejero consolador como Yo, el Ruaj de Verdad, para que esté con ustedes para siempre” (Juan 14.16)
No hay contradicción en las Escrituras. Nosotros recibimos el Espíritu de Yahshua en nosotros, por esta razón, el mismo Hijo de Elohim declaro:
“No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros… Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros” (Juan 14.18,20 BJ)
De paso, solo hay un ser que conoce verdaderamente al Padre y solo hay un ser que conoce verdaderamente al Hijo:
"Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar" (Mateo 11: 27 RVR1909)
¡Verdadera Unidad!... Es el Espíritu de Yahshua el que nos permite tener la VERDADERA UNIDAD. Y será solo ese Espíritu el que hará que SU PUEBLO este preparado para recibirlo.
Una nota para meditar:
Una vez tras otra tendremos que enfrentarnos con la influencia de hombres que estudian ciencias de origen satánico, a través de los cuales Satanás está trabajando para reducir a la nada a Dios y a Cristo. Tanto el Padre como el Hijo tienen una personalidad. Cristo declaró: "Yo y el Padre uno somos" (Juan 10: 30). Y sin embargo fue el Hijo de Dios el que vino al mundo en forma humana. Poniendo a un lado su ropaje real y su corona regia vistió su divinidad con humanidad, a fin de que la humanidad, mediante su sacrificio infinito llegara a participar de la naturaleza divina y escapara de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia (Testimonies, tomo 9, pág. 68. Año 1909).
¡Shalom, que el Ruaj Ha Kodesh de Yahshua este contigo siempre!